lunes, julio 13

Mi Principio






¿Cuanto crees que dura la juventud? ¿Sabes que un viejo de melena larga da risa y pena ajena? ¿No has visto esos hippies ancianos arrastrando su propia rebeldía por los barrios de clase media a donde fueron a naufragar, buscando un inexistente San Francisco de los años sesenta, enredados en collares de cuentas coloridas y empujando sus alpargatas viejas hasta el supermercado?


La biblia debió añadir al Eclesiastés que no sólo hay tiempo de nacer y tiempo de morir, sino tiempo de ser rebelde y de ser conservador... ¿Has leído Mi Último Suspiro de Luis Buñuel? Te lo recomiendo. Allí ese grandísimo artista del cine -uno de la docena mayor- hace fé, como tú, de su anarquismo, pero lo adopta como una maravillosa idea, inasimilable a la práctica. ¡Volar el Louvre! ¡Espléndida idea! Estúpida práctica.





Tú sigues creyendo que la idea y la práctica rebeldes son inseparables. Que las ideas son estériles si no las llevamos a la realidad. Seamos realistas, pidamos lo imposible, decían los rebeldes de mayo 68 en París antes de convertirse en empresarios, profesionistas y ministros de estado...


Me das miedo. No hay anarquista consecuente que no termine en fatal terrorista. Es inevitable...


Los anarquistas nacieron en el siglo XIX para oponerse a las máquinas industriales. ¿A que te vas a oponer tú? ¿A las computadoras? ¿No hizo Marcos su mini-revoluciòn por internet?


Sólo te repìto que el gran problema de la igualdad no es vencer el orgullo de los ricos, sino vencer el egoísmo de los pobres...


...No dejen de hablar, no digan nunca la última palabra...


Matamos los favores de la adolescencia deviniendo adultos. Matamos al inconsolable joven corrompièndolo con la madurez. Pero fatalmente, no estando solos en la juventud, acabamos por crearnos unos a otros corriendo así el riesgo de crearnos desde fuera, deformes, inauténticos.


"Ser un hombre significa nunca ser uno mismo"


Déjate corromper tantito.


Ser un poco corrupto es como ser vírgen a medias.


No puedes rechazar lo que desconoces. Somete a juicio tus propias ideas. No hay otra prueba de la honradez intelectual que pregonas. Tú no te comprometas a nada.


No tienes porqué sacrificar tus ideas. Verás si resisten o no. Sólo tienes que sacrificar tu apariencia. No puedes trabajar con esa melena de Tarzán. Tienes que cortarte el pelo. Y no puedes ir de jeans. Tampoco exageres. No te vistas de clasemediero cursi como el noviecillo de tu hermana. Que Armani sea tu hermano. Decìdete, oh heredero de la Utopía. Arrímate a mí. Déjame salvarte de un lenguaje impotente que, desesperado, pase a la acción criminal.







Te lo pido como prueba doble.


Primero, de tus ideas. Serás un cobarde ideológico si no las sujetas al desafío de cuanto las niega.


Segundo, de mi amistad. que cada día más, se convierte en cariño. Te amo y te deseo, tú lo sabes, por tí mismo. Pero también porque me veo en tí. No duplicado, sino semejante y separado. Admito que quererte es quererme. Quererme como me gustaría ser.


Piensa en mi oferta. Esta puerta no es, como la bíblica, estrecha...







Despierto con la boca seca... El corazón golpeando contra mi pecho, como un mono enjaulado en una celda oxidada...


No sé si el sabor metálico en la lengua es por el piercing, que tenía tanto tiempo sin usar; por la espantosa cruda que llevo encima; o por, cómo últimamente me sucede, la terrible desazón de despertar sin una puta idea del significado de mi presente, de la esencia de mi pasado o de la nitidez de mi futuro.


En estado limbificado, con el cerebro suspendido como una pasa en una gelatina, no sé discernir si las palabras que resuenan en mi cabeza son producto de una conversaciòn con alguien más, o conmigo mismo. La gente pasa apresurada sin mostrar mìnimo interés en los demás. El aeropuerto no es democrático. Los rubios arrastran maletas de marca y portafolios de cuero. Los morenos empujan el carrito de la basura. Yo, con mi piel canela, mis ojeras inmensas y las ideas hechas trizas, sólo los observo. Me recrimino a mí mismo por haberme quedado dormido en la sala de espera. Pude perder mi conexiòn. Faltan 20 minutos.


Me levanto de la mesa donde me encuentro. Starbucks logró venderme un mocca. Tomo el vaso de unicel y lo tiro a la basura. Me voy a abordar cuando un joven me grita: ¡Oye chino!


Sólo en el aeropuerto dejo de ser "doctor", "señor", "hijo", "Beto", "Adal", "Conde". "el gordo pasos lentos"...


Regreso sobre mis pasos y me extiende un libro. Mi libro.


"Se te cayò cuando te quedaste dormido"


Sonrìe. Extrañamente familiar. Rastas cortas, barba de tres días, ropa andrajosa pero de marca. Laptop en mochila de piel. Me hace sentir envidia. Preguntar si se puede alcanzar un estado equilibrado sin necesidad de ser heredero, no sólo de la triste utopía. Recibo mi libro. "La Silla del Àguila"...


Ahora comprendo. Todo lo leí.


Como sea, espero que estas efímeras e insuficientes vacaciones ayuden un poco a despejar un poco el borrascosismo y la tenebrosidad de mi turbulenta mente...


Que dios me agarre confesado.


domingo, abril 5

No Tengo Tiempo De Cambiar...

No tengo tiempo de postear, ni de leer blogs...


No tuve tiempo de llorarle a Félix, de tener la experiencia sensitiva global de presenciar el concierto de Radiohead o ir a escuchar a Enrique Bunbury...


No tuve tiempo de ir a darle unos apapachones a La Contessa ora que cumplió sus 26 años de ternurita y desenfrene mixturizados como nunca antes y en versión exclusiva para mí...


No tendré tiempo de salir en Semana Santa a ver gringas putas drogadas borrachas (valga la redundancia) en alguna playa del Caribe o el Pacífico... ni de ir a ver hippies mariguanos mugrosos a alguna ciudad colonial...


No he tenido tiempo de llevar a lavar mi ropa, a dejarla deslumbrante de tanta blancura... De ir a reportar el robo de mi teléfono celular y ver si puedo recuperar mis contactos...


Yo ya no tengo tiempo pa'mí...


Y lo que más miedo me da...


es que creo que siento las garras afiladas y corrosivas del sistema acariciando con sus aguzadas puntas mis talones... creo que perdí la batalla... me dejé vencer...


Creo que el sistema está muy próximo a atraparme...

Todavía no sé si valió la pena.

Todavía no me declaro derrotado...

jueves, febrero 12

Post # 2 (Actualizado)


Aquí amanecí hoy. Tan vulgar y ordinario como cada uno de los 9131 (nueve mil ciento treinta y uno) días anteriores. Con el futuro acostado a un costado, a mi lado, azulado. A su lado, yo. Yo con esta juventud que se me acaba. Que me cava una tumba y que me tumba de bruces al suelo, y me pone cruces apuntando al cielo. Y empiezo a entender cosas. En piezas. Así llego. Ahí si llego. No puedo confirmarlo, y con firmarlo no gano nada, que de poco, hasta hoy, ha servido mi palabra. O mi firma o mi nombre de hombre, que me pone apelativos pero no me quita el hambre. Y el hambre se convierte en la heroína del cuento, que aunque cuentes con heroína para mitigarla, siempre hará falta el mendrugo de pan, el pedazo de pri, la ración de prd.

Y es entonces cuando la realidad me come, más hambrienta que yo mismo. Y me grita que ya no soy un niño, que ya no puedo ser hippie y que necesito, de una buena vez y para siempre, colgar los converse, comprarme una corbata y un sombrero, sacarle ya la vuelta a las cantinas y empezar a pensar en hacer trueque con la troca y ver si puedo adquirir una van familiar, y así los de mi familia, si pueden se van a beber daiquirís mientras yo me sobo el lomo, y me asomo al lobo por su boca, donde me encuentro ahora. Para que en los pocos días de vacaciones que llegue a tener me internacionalice, y pueda decir “We Go In The Van”, y en la casa, en el taller y en la oficina pueda presumir a los amigos “Oui, There Is A Van Gohg” cuando presuma mi colección de arte genuino y que ni uno de ellos puede aspirar a tener.
Cuando la realidad me dice que tengo que hacer un trabajo que no me gusta, para ganar dinero que no necesito, para comprar cosas que no me hacen falta para impresionar a gente que me cae mal; Cuando la realidad me dice que a los emos los odio, porque ¿para qué nos hacemos? esos entes vivos son la prueba viviente de que los mejores años se nos escurrieron entre los dedos. De que ya no puedo dejarme el fleco, y ser muy flaco. Que hace cinco, seis, siete años no me hubiera importado; que hace cinco, seis, siete años anduve de raver, y saqué mis primeras tachas y me metí también las primeras.
Que fui hippie, fui dark, fui skato, fui del Frente Juvenil Revolucionario, y adoré a Marcos, a Ernesto y a Fidel, y a Karl y a Federico. A los veinticinco, no veo la vida muy diferente de cómo la veía a los quince, (a pesar de ser algo tan distinto a lo que era en aquel entonces y a lo que para este entonces tenía mi quinceañero alter ego proyectado para sí mismo) así que según Mohamed Alí he desperdiciado diez años de mi vida, pero que razón pudo tener si se pasó la vida recibiendo golpes en la cabeza, literalmente, no a la usanza metafórica como los madrazos que yo recibo. Si bien, a estas horas y aquí es cierto que me asalta la traicionera y doblefilo idea de que, a estas horas y aquí, estaría mejor si me hubiera decantado en la elección vocacional por alguna opción académica menos demandante y longevizada. Pudiera ser, a estas horas y aquí, un técnico en inyección de plásticos (que no sé en qué consista la carrera, pero quedan vacantes en cada ciclo, y suena algo parecido a tornar turgentes las mamas de señoritas con excesiva planicie, o volver a la posición orgullosa y altanera de “pezón mirando al cielo” las de alguna señora, que por abundancia de mamas, más nunca por mamona, las tetas se le han vuelto compañeras de juego de las rodillas). ps decía que tal vez fuera, a estas horas y aquí, un vendedor de puerta en puerta de prácticos e higiénicos trastos de Tupperware, modernos y duraderos zapatos Andrea y corrientísima y naca perfumería Avon. Licenciado en Turismo, o quizás en futurismo. Las ciencias ocultas también me llamaban y ahora pudiera ser afamado tarotista o multimillonario astrólogo con servicio telefónico a domicilio, aunque en eso se me hubiera ido la sexualidad. Un curso de corte y confección, cultura de belleza o una plaza en el Instituto Nacional Indigenista. Vendedor de piñas o bolseador de Chuchitas, catador de vinos, diseñador de exteriores, ambientalista pero de esos que ambientan las fiestas, antropólogo o antropófago, croupier, somelier, host, chef, sheriff, chofer, sicario, reportero, maraquero, marinero, jinete, charro a sueldo, mercenario o asesino tradicional. Tal vez publicista, publirrelacionista o relacionista sexual, pero mi abundancia de carnes me impide dedicarme (de tiempo completo) al comercio del placer.
Además Casius Clei está muerto y yo sigo respirando. Vuelo como un escarabajo y pico como un pez espada. Lo mismo he llevado pantalones baggys que skinnys; he llevado el pelo envaselinado, rapado y esponjado, he comprado y he vendido, he perdido y he vuelto a perder demasiadas batallas; tantas que me encuentro ante la disyuntiva de renunciar a mi rol de luchador. “Simboliza el cambio que quieres ver en el mundo” le dijo, citando a Gandhi, Kate Walsh a Katherine Heigl. Pero, puta madre, suena tan simple y es tan complicado sobre todo cuando ves que el pinche mundo no se nota para nada interesado en tus propuestas (como egresadito pendejo de economía del iteso, la ibero u otras siglitas de esas que nos apantallan nomás de oírlas) de renovación, cambios y mejoras. Es más, está tan indiferente, que acabas por sentirte orate, y es que la gente no está acostumbrada a ver a alguien hablando sólo. Por eso es que debes dejar de preocuparte por lo que piense la gente, y nunca (blasfemo, criminal!) siquiera contemplar la posibilidad de abandonar los monólogos autodirigidos, y mejor aún, autodigeridos, no regurgitados comidos de la boca de algún otro.

Tengo mi vida cernida, mezclada y amasada. Agregué sal y pimienta al gusto y usé muchos otros condimentos. Llegó la hora de encender el horno y no me resigno a renunciar a ser el cocinero de mi vida cruda. Porque luego de eso, no me quedará más que esperar a ver como otros se la comen. Y todo eso se pierde entre la bruma de un pozo, en un brumoso ayer. Y todo eso se extingue. Exangüe. Contemplo, abyecto, como mi proyecto completo se pierde, arde, y me muerdo para no llorar. ¿Yo, orar? No, eso no va conmigo. Esas se dan una cuarta más abajo del ombligo. Hace tiempo que perdí la fe. No me fío de nada ni de nadie. Solo creo en mí, y últimamente me tengo mucha desconfianza. Porque parece que mi vida es una condenada concatenación de malas decisiones. De escisiones, de rupturas, de separaciones. De desencuentros. Deja encuentro mi camino. A estas alturas, era para que ya tuviera la mitad andado. Y me han dado plazo fijo para cumplir, para llegar a la meta, cuando la pura pinche verdad es que ni siquiera he escogido. Últimamente, ni siquiera he cogido, aunque he cojeado mucho. La salud. Otra bofetada con guante blanco de parte del veleidoso dedo del destino. Estos huesos yermos y blanquecinos, que si no fuera por ellos ya fuese su servidor un skater profesional, (también le hice a la patineta, al blink-blink y al bong-bong, y al ping pong y al cuzcuz, pero sobre todo al blah blah) que se empañan y se empeñan en no dejarme. Fíjense que se fijan, y ya no dejan que me mueva. My hips don´t lie. Ayer la cadera, que fácilmente se intercambia por partes protésicas, como las tetas de Pam Anderson o las de Sabrina Sabrok. Hoy, la columna, difícilmente reemplazable como Zabludovsky o Pavarotti o Jodorowsky. Mañana, el tórax. Y punto final. Cuando el tórax sea una sóla pieza carente de movimiento, como Pemex, el SNTE o el PRI, moriré asfixiado. Azul casi morado. Como pitufo, genio de Aladino o power ranger triceratops.

Pero no hablemos de la señora muerte, tan decente y tan cariñosa, hablemos de la perra, puta y jodida vida... que se ensaña, junto con su amigo el tiempo, haciendo estragos, más que los que dejan los tragos. Fincando fisuras en el rostro, que delatan las vividas aventuras. Dejando jirones maltrechos, nudos y pellejos, vómito y sangre. Rebanado por los años, miro los daños. Haciendo palidecer, de puritito miedo a los cabellos que se atreven a quedarse sobre la cabeza. Entorpeciendo el metabolismo, engañándolo. Por eso debiste dispararle a Cronos entre los ojos cuando estuvo en tu mesa tomando café. De la vida me encargo yo. Se cree que va a joderme la muy soberbia, y ni siquiera puede notar, en su infinita egolatría que me contagia, que yo me la estoy jodiendo desde que tengo uso de razón. Pendeja. Reclamos dirigidos a la propia sombra, por ser la única que parece dispuesta a escuchar. Clamor por un vaso de agua, para refrescar las grietas que se han trazado a lo largo de los labios carnosos. Exquisitos. El parto es doloroso. Sobre todo siendo consecuencia de embarazo no deseado, siendo consecuencia de la autocopulación, de la simiente derramada sobre sí mismo. El corazón parido, que desde el nacimiento viene ya en pedazos, unido sólo con endebles suturas, que lo mantienen en su lugar pero nunca aseguran la funcionalidad. Corazón abortado. No. Está vivo. La apuesta contra el diablo, sabía que la perdería. La sonrisa marcada. Pálpitos caóticos, bien erizos. Pero vida. Mejor hubiera hecho morirse antes de nacer, abortarse, coagularse, taponarse. Mostrar trazo plano. Asistolias. Desgarrado.

Pero no hablemos del corazón, o su paráfrasis ridícula, el amor, que a lo largo de veinticinco años ha venido robàndome la estelaridad de las festividades de mediados de febrero. El amor nos animaliza. Las pirañas aman en cuaresma. En cambio, el cerebro nos humaniza, pero no al inventar la internet o al llegar, supuestamente a la luna. Un mono es capaz de usar herramientas. Un mono es capaz de organizar un golpe de estado para derrocar al macho alfa. Un mono es capaz de asesinar a su hermano para defender a su changa. Eso es animalización. Hay que liberarse. Liberarse del instinto, de la condena changuesca de hacer lo que la puta naturaleza ha grabado con fuego en lo más profundo de los subconscientes. Pero hay que hacerlo todos. Empujando juntos pero pensando separados. Por eso me amo. Porque soy una bola de contradicciones, pero me cago la madre por pinche incongruente y poco preciso, muy confuso, bastante difuso. Yo tampoco esperaba esto, no lo necesitaba.

Pero sabemos que la felicidad nunca viene en combo, ni mucho menos en paquetes especiales promocionales del dos por uno. No hay bien que por mal no venga. Tendré que irme, pero confío en la doble circulación del anterior axioma. Espero que haya un bien debido al cual haya ocurrido la negra noche de mi mal, y que kármicamente equilibre las circunstancias. Así ha sido siempre. Me espera un futuro prometedor de pronóstico reservado.

Hoy cumplí veinticinco años, mi aniversario de plata. (Me compraré como regalo unos tenis de dicho color no obstante su mariconezco aspecto) Según Fuentes, me quedan cinco años para seguir creyendo en la revolución. A estas alturas, yo me siento como dijo Monsiváis de Gloria Trevi, un eterno adolescente. Veremos que me tienen deparado mi “futuro”, el “sistema” y una cada vez más repudiada “madurez”. No pasó nada extraordinario con el ¼ de siglo, pero se siente bien culero (sin afán de ofender a los más viejos ni asustar a los más jóvenes) estar a estas alturas y seguir siendo un lerdo palurdo párvulo pendejín. (y estar obstinado en nunca dejar de serlo) La tenebra y la zozobra invaden el ambiente, más cuando recibo mi aniversario (jajajajaja, acabo de darme cuenta que se me ha pasado el efecto perturbador de... emh... esteee... mi jarabe para la tos) de cara a retos insospechados que vienen a alterar completamente mis esquemas. ¿Ya qué?

Pero, a pesar de esto, y sòlo por esto...


Feliz Cumpleaños a Mí...



ACTUALIZACIÓN:


Mañana me voy por tiempo indefinido de mi ciudá... La congoja me invade y me lleno de melancolía. Soy sociópata y asceta por naturaleza. A ver que chingados pasa con mi inestable emocionalidad cuando tenga que cambiar:


Esto:


Por Esto:



(No mamen... ni cuando se compare el "Negrita de mis pesares, ojos de papel volando..." con el "yo no soy marinero")


Esto:


Por Est0:


(puta madre... me impresionan mil veces más los machetes en las verijas que las veladoras en la cabeza)


Esto:



Por Esto:
(Pues no, no me gusta el fútbol, pero tampoco me gustan las boybands y no por eso soy idiota y dejo de reconocer que "N'Sync" es mejor que "Uff")
Al menos descansaré de esto...
Y chance y me encuentre con estas...

Espero resolver pronto los problemas de conectividad y accesibilidad; haré todo lo posible por que una vez instalado en mi nueva casa (no, no puedo llamarle hogar), restaurado de las madrizas de la guardia ABC, de las sesiones de estudio, del curso de inducción y de los estragos de la adaptación al puto calor, pueda regresar a seguir publicando pendejadas en éste, su blog de confianza...

martes, enero 6

El Recuento De Los Daños

Pues este fin de año confirmé mi teoría de que las cosas salen mejor entre menos se planeen. Aún sigo sin plaza, pero como que ya me cayó el veinte... Tendré que dejar el estado. Pero ps ni que fuera a vivir aquí toda la pinche vida.
La familia se ha comportado a la altura, y ps se envían profundos agradecimientos a todos y cada uno de ellos.
Fue precisamente con la familia que transcurrió el apacible y armonioso 24 de diciembre, con mucho consumismo de por medio, pero siempre con la oportuna intervención de la tía Mayilena haciéndonos recordar que el asunto se trataba de conmemorar el aniversario del natalicio del buen Jriszto, hippie famoso por hazañas tales como llegar con más pisto a un bodorrio cuando el chupe ya se había acabado, o por practicar surfing en el lago de Galilea. Entre otras proezas, se le atribuye haber alimentado a una turba con unos pocos pescados y menos virotes; cosa que con la pinchi crisis actual, cualquier ama de casa ha aprendido a hacer.

¿Cual crisis, tú?


Se juntaron los parientes más cercanos y menos amargados y por ahi uno que otro agregado cultural, pero ps estuvo con madre. La gente se estresó con el Cienfuegos, porque cometió la estupidez de embriagarse muuucho antes de la media noche. Me dediqué a beber ponche como desesperado, puesto que me encontraba un poco deprimido por no haber recibido mensajes de "felices fiestas"; cosa que no era mucho de extrañar, porque mi celular estaba estropeado como desde dos semanas antes. Por si el ron Bacardí que le pusieron al ponchís no hubiera sido suficiente, me lo servía como si fuera refresco en cubas de Absolut Mandrin, así que como a la tercera ya andaba hablando checoslovaco.



¡Que bonita familia, que bonita familia!

Recibí muchos regalos. (bueno, la verdad no muchos...) que me gustaron un chingo. (ne, la neta no me gustaron. Me regalaron uniformes y trajes quirúrgicos, por aquello de la necesidad antes del placer). Uno de los que más me gustaron (de los que sí me gustaron) tuvo un mal fin. A pocas horas de ser desenvuelta de su bonito papel plata con moños en azul y grana, la botella de Latitude Longitude de Nautica que me regaló mi prima la bella ChocoDoll, se resbaló de entre mis ebrias manos y fue a fragmentarse en múltiples pedacitos contra el suelo de mi habitación. Todavía apesta bien cabrón.


Efímero regalo navideño

Aaahh... estaba yo consternado por la pérdida irreparable de mi único regalo, (además del del intercambio, que fueron unas playeras nada extraordinarias) cuando mis festividades empezaron a cobrar vida.

El MangaBoy y el Roncho ebrios con vodka barato


Seguramente recordarán ustedes un post en el que me quejaba amargamente por mi amigo el MangaBoy oriundo de Ensalada, BC, que convalecía de un episodio de sangrado de tubo digestivo debido a sus variados vicios y su amplia gama de adicciones. Pues vino al Pueblo Poco Aspiracional, bastante recuperado, y rehabilitado (de la falsedad de esto último me daría cuenta al transcurso de los días). Así que me invadió singular alegría e irregular desparpajo al enterarme de tan fantabulosa buena nueva.


El MangaBoy husmeando la basura en busca de comida



El Roncho, mi compa que vive aquí, se despendejó un dedo en su trabajo, quesque al meterlo en una empacadora. (No sé si una empacadora mecatrónica o una humana) así que se puso bueno el desmadre, o como dicen aquí en el rancho, se puso a peso el kilo de cagada...

El Roncho batallando con el hielo y su dedo madreado

La mayor parte de los días nos dedicamos a deambular en la troca por el pueblillo, oyendo buen jazz, psycho o rock en español...



En el cerro, asando salchichas en un castillo viejo. Todavía no nos da botulismo.



Pero también fuimos al cerro, dónde nos encontramos una vagina de madera y al rancho, donde comimos una rica barbacoa de perro pachuqueño. (yomi!).

Mujer peliroja de madera encontrada en el cerro


Regresando del cerro, encontramos al KinkyBoy, que también hacía un chingo que no veía.


Una vez en el pueblo, nos dimos cuenta que teníamos que regresar al cerro, porque a los pendejos se nos olvidaron las cubetas.


Para finalizar, nos fuimos al Guanato el último fin de semana, compramos un chingo de camarones en el mercado del Mar, y mientras el Roncho los preparaba en su cantón, me fui con el MangaBoy, a recordar viejos tiempos, a comprar "cosas" en el culto, a eludir a los tiras fisgones, a comprar películas fumadonas, y un largo y "nutrido" etcétera.

El Roncho, el MangaBoy y la Barbacoa, en el Rancho


Pues a fin de cuentas, fue un buen fin de año, y un buen comienzo de año.

Empecé el año con hoyo nuevo

Ira, papá!!! Lo que sobró!!!!


Desde aquí, el Pueblo Poco Aspiracional, envío buena vibra para tos ustedes en este 2009, ojalá que les vaya como ustedes quieran que les vaya... Tengan cuidado con lo que desean, porque se les puede cumplir... Y recuerden que donde quiera que se encuentren, ahí estarán...


Aaahh... y vean estas películas... están con madre todas ellas...






Ahí se ven...



lunes, diciembre 22

Tres Rolas Tres

Hace algunas noches, me encontraba yo en medio de una amena conversación, haciendo disertaciones amplias y profundas, pero sobre todo progresistas y propositivas acerca de la reducida pero perfectamente dosificada anatomía de Itatí Cantoral, por lo que la referencia a “Aventurera” fue irremediable.

La vi cerca de seis veces, (y de cerca, seis veces, siempre en las mesitas, nunca en las gradas). Qué bonito espectáculo de cabaret. Obviando a Carmen Salinas y a ¿La Garambulla?, ¿Gamborimba?, ¿Bubblegummer?, ¿Agambulia?, ¿Buligoma?... ah... la Bugambilia... Don Ernesto Gómez Cruz se parece un chingo a mi difunto abuelo. Las dos gemelas... babas* y Edith González y/o Niurka y/o Paty Navidad y/o Itatí Cantoral (3 veces 3, como corrida de toro{s}).

Lucio el Guapo pachucote con sus amigos malandrines baila mambos, Elenita mamacita abandona su casita y se va de pirujita, le sale lo señorita, y deja la casa de citas. Pinche escena grotesca de ¿La Gamberra?, ¿Guayabata?, ¿Gumercinda?, ¿Gliburida? ah... la Bugambilia, casi al final. Resulta que no era puñal, que la Elenita está tan pero tan buena, que hasta el travesti se enamora de ella, y le canta una canción acá cabaretosa...

Y hablando de cabaret... acá, en la Calle 2, (si... allá donde fue el glorioso concierto de Sigur Rös) está el Teatro Estudio Cavaret... así, con “V” de vagina voraz... no sé si fue para hacer un anagrama de “cava” y “cabaret” o fue sólo siguiendo la panista tradición del gazapo institucionalizado o las ofensas oficiales al castellano. (doña Sara Mago, los hermanos Almada, Borgues, La ciudad más transparente) Y fue ahí donde vi a las señoras Betsy Pecanins, Cecilia Toussaint, Astrid Hadad...

Esa señora yucateca de origen libanés ofrece un espectáculo de cabaret tan chingón, que pasó años desapercibido en el país, pero siendo muy celebrado en lugares como Alemania y el estado del governator... Generalmente su show consiste en parodias musicales, interpretaciones de heavy nopal, teatro de revista y todo eso que resulta tan corriente y de mal gusto, que termina redundando en el universalísimo kitsch. Su repertorio incluye una de tres rolas que últimamente andan rondando mucho en mi cabeza.

La tenebra y la zozobra se apoderan de la conciencia de éste, su poco humilde no-servidor...

La sensación general es la siguiente:

Se acerca un 2009 invadido por la más densa, absoluta e impenetrable oscuridad (creo que me estoy quedando en la oscuridad y en vano busco una señal... ser un destello y brillar en la selva sideral... te busco a tientas y me logro aferrar a ese hilillo de vos...) y de repente ocurre por allá a principios de octubre, algo equivalente a si alguien me hubiera regalado un hermosísimo candil (eres un reloj sin manecillas una brújula sin rumbo una lámpara sin luz... farolito que alumbras apenas mi calle desierta... cuantas luces dejaste encendidas yo no sé cómo voy a apagarlas...) el cual me servirá no sólo para alumbrarme en las tinieblas del 2009, sino que me sacaría avante hasta por allá del 2012... pero el Cienfuegos bien pinche pendejo quebró su candil, queriendo sacar a bailar a la más buena, quien dándose ínfulas de primadonna, le dijo al ambicioso Cienfuegos: “Yo no bailo country”. Cienfuegos fue despavorido a buscar a su compañera de baile de toda la vida, que aunque no está tan buena, ps es rete súpercool, megabuenaonda y bien jaladora... pero ¡oh, sorpresa! que la gordita ya andaba bailando con otro cabrón. Así, Cienfuegos se quedó como el perro de las dos tortas, o como el bailaor de las dos parejas o como el residente de las dos plazas...

Tons con esta sensación de incertidumbre encima, no queda más que dar paso a la primera de las rolas, de quien la antes mencionada Astrid Hadad tiene una versión, pero resulta ser un cover de El Personal. Aquella titulada "No Me Hallo" y que dice:

“Me busque en el directorio, me busqué en la enciclopedia, me busqué en el padrón electoral, me busqué en la filosofía oriental y no me puedo hallar (...) Siento que no tengo vela en este entierro, estoy perdido y no sé que camino me trajo hasta aquí...”
Pos así estaba yo, que no me hallaba ante tremenda metedura de pata... Y me dije a mi mismo:

“Mimismo, es hora de buscarnos... y qué mejor manera de encontrarnos que ingresar nuestro nombre en el Google...”

Pero ps me chafeaba mi conexión por teléfono de larga distancia por cobrar y cargo a su recibo Telmex, y lo único que charchaba era el Ares, so luego entonces de tal manera que si y solo sí escribía mi nombre de pila (bautismal, nunca alcalina ni mucho menos recargable) y mi primer apelativo heredado orgullosamente de mi señor padre (y a cuyos efectos nominativos se reduce toda la herencia de su parte recibida) obtendría resultados por demás asombrosos. Yo esperaba el ya clásico “La búsqueda ha finalizado sin ningún resultado”. Pero he aquí que el poderoso Ares me mostró las maravillas de un homónimo mío, director de orquesta y bongosero bullanguero rumbero de cora-son, lo que nos lleva a la segunda rola.

Más sorpresivos me parecieron los resultados cuando me encontré, entre las rolas arrojadas por la búsqueda, a una vieja (que digo vieja; viejísima) conocida mía. Ahí estaba con su portentosa voz, Omara Portuondo de la mano de mi homónimo. (Portuondo es su apellido, no un intento de albur, que si quisiera alburearlos, les diría “La Negra Portuondo” o “La Pelona Portuondo” y no estaría mintiendo porque Omara es negra y calva y se apellida Portuondo) ¿La rola? “La Era Está Pariendo Un Corazón” de la autoría de Silvio Rodríguez... No, no, no... No mamen... que pinche rola tan chingona, tan precisa, tan redonda y tan ad-hoc a mi situación de incertidumbre...

“Le he preguntado a mi sombra a ver como ando para reírme, mientras el llanto, con voz de templo, rompe en la sala regando el tiempo. Mi sombra dice que reírse es ver los llantos como mi llanto, y me he callado, desesperado y escucho entonces: la tierra llora (...)Debo dejar la casa y el sillón, la madre vive hasta que muere el sol, y hay que quemar el cielo si es preciso, por vivir.”

Pots... Rolononón...

Y la tercera rolita, ps tiene que ver también con las incertidumbres, la única en inglés... Ya no me acuerdo como la oí por primera vez, pero es muy buena, se llama “Gravity”.

“Oh gravity is working against me, and gravity wants to bring me down, oh twice as much, ain’t twice as good and can't sustain like one half could. It's wanting more gonna send me to my knees...”

La canta un morro que se llama John Mayer… Y ya me acordé donde la oí, y porqué si tiene que ver con el resto del post, es parte del soundtrack de alguna de las temporadas de House MD, y se deja escuchar en una ocasión en la que House se da cuenta que a pesar de todo, no deja de ser más que un pelagatos cualquiera... Bien chingón en fisiopatología y farmacología terapéutica, pero un pelagatos a fin de cuentas... (y no, no me comparo con House... aunque los dos cojeamos de la misma pata, literalmente y figurativamente).

No tendré Noche de Paz, y mucho menos, Noche Buena, pero con esas tres rolas, ni villancicos quiero... Pensaba en un post con una versión alternativa de la Natividad pero me da hueva.

Felices Fiestas.

Ahí Luego...